Desde que comenzó a especificar los equipos para la renovación de la flota de submarinos, la Marina de Brasil tomó la decisión de no depender de proveedores externos para garantizar el acceso a una tecnología que considera crítica: el sistema de combate que opera y controla los armamentos de cuatro submarinos convencionales y uno de propulsión nuclear que Brasil adquirió de Francia. 

Un acuerdo entre los gobiernos de los dos países garantizó la transferencia completa de la tecnología para realizar esta tarea, partiendo de la concepción y el desarrollo de los sistemas de información necesarios. Y la Fundación Ezute fue encargada del proceso de nacionalización del sistema de combate. En una primera fase, nueve ingenieros de la Fundación fueron trasladados a Francia para el trabajo de absorción y dominio del software embarcado en los submarinos. Enseguida, este grupo comenzó a funcionar como núcleo del equipo multidisciplinario que desarrolla y actualiza el sistema, en coordinación con ingenieros de la Marina de Brasil.